Si teméis al SEÑOR, y le sirvéis, y obedecéis su voz, y no os rebeláis contra el mandamiento del SEÑOR, entonces vosotros y también el rey que reina sobre vosotros continuaréis siguiendo al SEÑOR vuestro Dios.

Ver. 14. Si teméis al Señor y le servís. ] Aquí hay un precedente para los predicadores, quienes deben uno mientras reprende a su pueblo, otro mientras los aconseja, otro mientras los conforta y siempre ora por ellos. Deben transformarse en todas las formas y modas de espíritu y de habla para llevar a los hombres a casa con Dios.

Continúa siguiendo al Señor tu Dios. ] La Septuaginta agrega, Y él te librará.

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