Y postrándose a sus pies, dijo: Sobre mí, señor mío, sea sobre mí esta iniquidad; y te ruego que tu sierva hable en tu audiencia, y oiga las palabras de tu sierva.

Ver. 24. Sobre mí, mi señor, sea sobre mí esta iniquidad, ] es decir, desata tu ira sobre mí, si puedes hallar en tu corazón; pero primero escucha mi defensa y luego haz tu voluntad.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad