Por lo tanto, como vosotros abundar en toda cosa, en fe, en palabra, en conocimiento y en toda solicitud, y en su amor por nosotros, ver que abundéis en esta gracia.

Ver. 7. Como abunda en fe ] los elogia a propósito, para poder insinuarlos mejor. Los ministros pueden elogiar provechosamente a su pueblo en algunos casos, para que puedan ganarlos antes para el deber; porque no hay un oído tan dulce (dice Jenofonte) como el propio elogio de un hombre, ηδιστον ακουσμα επαινος.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad