Sin embargo, el SEÑOR no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que había hecho con David, y como había prometido alumbrarlo a él y a sus hijos para siempre.

Ver. 7. Como prometió darle una luz. ] Successionem Stirpis regiae et splendidae. De esta "luz" o lámpara, salió por fin ese "Sol de justicia", "la Luz del mundo", Cristo Jesús. Ver 2 Reyes 8:19 .

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