Entonces dijo Eliaquim hijo de Hilcías, Sebna y Joa al Rabsaces: Te ruego que hables a tus siervos en lengua siria; porque lo entendemos: y no hables con nosotros en la lengua de los judíos a oídos de la gente que está en la pared.

Ver. 26. Habla, te ruego, ... en el idioma sirio.] Este no fue un movimiento inteligente: pero estaban asustados; y algunos piensan que fue la perversa Sebna en lugar del buen Eliaquim quien lo hizo, intencionalmente para provocar al Rabsaces a que se burlara aún más, y para abrir la puerta para que el pueblo pudiera ser movido a ceder la ciudad.

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