Pero el Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor a tu señor y a ti para hablar estas palabras? [¿No me ha enviado] a los hombres que están sentados en la pared, para que coman su propio estiércol y beban su propia orina contigo?

Ver. 27. ¿No me envió a los hombres que se sientan en la pared? ] Los soldados y la clase corriente, de quienes tu amo y tú cuidan poco las extremidades a las que se enfrentan, como seguramente lo harán en breve tras un largo asedio.

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