Y comerá su palabra como un chancro: de ellos Himeneo y Fileto;

Ver. 17. Come como una gangrena ] Que en la actualidad invade las partes, y toma el cerebro, perfora hasta los huesos y, si no se cura repentinamente cortando la parte infectada, mata al paciente. He aquí la herejía y el error que hicieron que Placilla, la emperatriz, suplicara encarecidamente a su esposo Teodosio mayor, que no consultara con Eunomio el hereje, para que no se pervirtiera con sus discursos.

(Sozom. Vii. C. 7.) Anasio II, obispo de Roma, 497 d. C., mientras buscaba conquistar a Acacio el hereje, fue seducido por él. (Jac. Revius, de Vit. Pont.) El error es sumamente infeccioso, y en su mayor parte mortal, como se creía que era la lepra en la cabeza. Los celos, el frenesí y la herejía difícilmente se pueden curar, dice el proverbio italiano.

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