Y estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abednego, cayeron atados en medio del horno de fuego ardiendo.

Ver. 23. Y estos tres hombres ... cayeron atados.] Sus ataduras fueron quemadas, pero no sus ataduras tan pronto, no fuera que la gloria del milagro hubiera sido desfigurada por ello.

En medio del horno de fuego ardiendo. ] Donde aún estas santas salamandras no sufrieron daño. En las criaturas hay una esencia y una facultad por la cual el trabajo, como en el fuego, está la sustancia y la cualidad del calor: entre estos Dios puede separar, y así obstaculizar su trabajo, como aquí lo hizo. Quisque sollicitus sit non tam de vita quam de vocae, etc.

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