Por eso doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,

Ver. 14. Por esta causa ] sc. Para que no desmayes, sino que recobres fuerzas.

Doblo las rodillas ] Un gesto muy apropiado y adecuado, habitual en todas las naciones excepto en los turcos, que no se arrodillan ni descubren la cabeza en la oración, como si sostuvieran esas posturas poco masculinas. Y, sin embargo, rezan cinco veces al día (dice el Sr. Terry), sea cual sea la ocasión que tengan, ya sea por provecho o por placer, para distraerlos.

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