Porque el rey de Babilonia se paró a la mitad del camino, a la cabeza de los dos caminos, para usar la adivinación: hizo [sus] flechas brillantes, consultó con imágenes, miró en el hígado.

Ver. 21. Porque el rey de Babilonia estaba en la despedida. ] Heb .: A la madre del camino; ubi via una en conductos bifidata est. a

Para usar la adivinación.] Sin la cual, y ofreciendo sacrificios, los mismos paganos no lo consideraban apto para luchar. Pero este su arte de adivinación era, como se dice de la alquimia, Ars falsissima et fallacissima.

Hizo que sus flechas brillaran.] Vulg., Mezcló sus flechas; es decir, dice Jerónimo, tomó dos flechas, escritas en una Jerusalén y en la otra Rabbath. Luego, poniéndolos juntos en un carcaj, sacó uno, con los ojos vendados; sobre lo cual, al ver Jerusalén escrita, adivinó que iría con éxito contra Jerusalén.

Consultó con imágenes. ] En el que el diablo a veces hablaba. Véase de agosto, De Civitate Dei, lib. iv. gorra. 18.

Miró dentro del hígado. ] Esto fue muy practicado por los generales romanos, como por César, cuando fue contra Pompeyo. B

a Ubi se vía findit en ambas. - Virg.

b Lucan.

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