Y si la mujer no quiere seguirte, quedarás libre de este mi juramento: sólo que no vuelvas a traer a mi hijo allá.

Ver. 8. Solo que no vuelvas a traer a mi hijo allá. ] Esta segunda vez le encarga a su siervo que no lo haga. Es mejor no tener esposa que desagradar a Dios que violar la conciencia. Compra su placer a un precio demasiado caro, que paga su honestidad para conseguirlo. Tiene menos lastre y más vela, hace más prisa que buena velocidad, que así acelera él mismo.

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