Y cuando Simón vio que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,

Ver. 18. Les ofreció dinero ] Como los Simoniacs todavía hacen con sus patrones corruptos, así crucificando a Cristo de nuevo entre dos ladrones. Los beneficios ahora se otorgan, dice uno, non ubi optime, sed ubi quaestuosissime, no en el mejor lugar, pero en el más rentable. Como si un hombre le diera tanto pan a su caballo, porque tiene que montarlo, etc.

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