Los que hacen una imagen tallada son todos vanidad; y sus cosas deliciosas no servirán de nada; y ellos [son] sus propios testigos; no ven ni saben; para que se avergüencen.

Ver. 9. Y sus deliciosas cosas. ] Sus ídolos y marionetas, a los que tanto afectan y se deleitan tanto. Habla así, dice Diodato, porque esa idolatría es una especie de concupiscencia espiritual, y amor impío o desordenado, como la fornicación o el adulterio.

Y son sus propios testigos, etc. ] O, Incluso ellos mismos son sus propios testigos de su vergüenza, que no ven ni saben nada.

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