Y vino a mí palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves? Y dije, veo una olla hirviendo; y su faz está hacia el norte.

Ver. 13. ¿Qué ves? ] Por estas preguntas se despierta su atención, para que pueda observar mejor el asunto de su predicación, que aquí está representada por una segunda visión.

Veo una olla hirviendo. ] Heb., Ollam ebullitam, Una olla volada. Esta olla hirviendo es la Jerusalén sitiada por los caldeos, y nosotros somos la carne, dicen los que se burlan de esta profecía de Jeremías; Eze 11: 3, pero descubrieron que era poco después. Y entonces sus profanos oyentes bien podrían haberlos hecho a medida, como parecía decirle el corazón de Apolodoro, el tirano, que una noche soñó que los escitas lo despellejaban y lo hervían en un caldero; y que su corazón le habló desde la caldera: Eγω σοι τουτων αιτια, Yo soy el que te he atraído a todo esto.

Y su superficie, ] es decir, la parte de la olla que está junto al fuego, y se calienta con ella.

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