Ahora se acercaba la fiesta de los tabernáculos de los judíos.

Ver. 2. La fiesta de los tabernáculos ] Los judíos en esta fiesta moraban sin puertas, en cabañas y glorietas, en memoria de su vagabundeo de antaño por el desierto. Esto dio ocasión a Plutarco y otros paganos profanos para idear y abordar tantas mentiras viles de los judíos, como si fueran adoradores de Baco. Floro llama al templo de Jerusalén, impiae gentis arcanum. Otro nos dice que los judíos se vieron obligados a descansar cada siete días, debido a una enfermedad maligna que se les había adherido.

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