Y sucedió que cuando Elisabet oyó el saludo de María, el niño saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo:

Ver. 41. El niño saltó en su vientre ] Tal consuelo hay en la presencia de Cristo (aunque pero en el útero) que hizo brotar a Juan. ¿Qué, pues, habrá en el cielo, pensamos?

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