Y mirad por vosotros mismos, no sea que vuestro corazón se sobrecargue en algún momento de la hartaza, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida, y que ese día llegue sobre vosotros sin saberlo.

Ver. 34. Tengan cuidado de que sus corazones ] Los mismos discípulos tenían en ellos el veneno común de la naturaleza, y por eso eran detestables hasta para los males más reprobables. Que, πανσπερμια, si se riega con la tentación de Satanás, ¿qué pecado no puede producir en el mejor de los casos, a menos que Dios lo impida? Que los mejores tengan cuidado de que no sean irregulares gulares, haciendo del cadáver una bolsa de abrigo, las tripas un golfo, etc. Un vientre lleno hace un corazón inmundo: las malas hierbas crecen de la tierra más gruesa.

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