Y cuando los mensajeros de Juan se fueron, él comenzó a hablar al pueblo acerca de Juan: ¿Qué salisteis al desierto a ver? ¿Una caña sacudida por el viento?

25 Pero, ¿qué salisteis a ver? Un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que están elegantemente vestidos y viven delicadamente, están en los atrios de los reyes.

26 Pero, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y mucho más que un profeta.

27 Esto es él , de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino delante de ti.

28 Porque os digo que entre los que nacen de mujer no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios, mayor es que él.

Ver. 28. Pero el más pequeño] Este no es un pequeño consuelo para los ministros del evangelio, contra el desprecio que les arroja el mundo. Son unos seres en el cielo, haga lo que los hombres hagan de ellos.

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