Y le dijo Jesús: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo tienen nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

Ver. 58. Y Jesús les dijo ] Cristo le había tomado el pulso y había recuperado su temperamento, que se ocupaba únicamente de las cosas externas; y por lo tanto le permite saber en qué confiar.

Pero el Hijo del hombre ] Ezequiel con la Septuaginta es, υιος ανθρωπου, el hijo del hombre, pero Cristo es ο υιος του ανθρωπου, es decir, el hijo de ese hombre, del primer hombre Adán. Él era la siguiente y única persona común.

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