Los labios del justo saben lo que es agradable, pero la boca del impío habla perversidad.

Ver. 32. Los labios del justo. ] Lleva, por así decirlo, un par de balanzas entre sus labios, y pesa sus palabras antes de pronunciarlas. Et prodesse volens et delectare - dispuesto a hablar cosas tanto aceptables como rentables. Los malvados arrojan todo lo que está más arriba, aunque nunca tan absurdo, obsceno, difamatorio, etc.

" Aera puto nosci tinnitu, sed pestora verbis:

Sic est, namque id sunt utraque quale sonant. "

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