Hiere al escarnecedor, y el simple se cuidará; y reprende al que tiene entendimiento, [y] entenderá el conocimiento.

Ver. 25. Hiere al escarnecedor, y el simple se cuidará. ] Alterius perditio, tua fit cautio, dice el sabio. ¿Viste otro náufrago? mira bien tu entrada. Poena ad paucos, etc. Que sólo unos pocos sean castigados, y muchos serán advertidos y sabios; cualquier voluntad, pero el burlador mismo, que no será mejor, aunque rebuzne en un mortero. Este escarnecedor puede muy bien ser el perezoso mencionado en el versículo anterior.

Golpearlo nunca tanto, no hay forma de ingenio en él. El faraón no fue un botón mejor por todo lo que sufrió; pero Jetro, al darse cuenta de la mano dura de Dios sobre el faraón, y también sobre los amalecitas, se convirtió así y se convirtió en un prosélito, como el rabino Solomon señala en este texto.

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