No te reprenderé por tus sacrificios ni por tus holocaustos, por haber estado siempre delante de mí.

Ver. 8. No te reprenderé por tus sacrificios ] es decir, por tu descuido de ellos, sino por tu reposo en ellos, clavándote en la corteza, trayendome la cáscara desnuda sin la semilla, sin referir tus sacrificios al final y uso correctos; sino satisfaciéndose en el trabajo realizado. Este fue después el pecado de los fariseos, todavía lo es de los papistas y de demasiados evangelistas carnales, que piensan que han servido a Dios, porque han estado en la iglesia, han hecho su obra, han dicho sus oraciones, etc.

Sí, muchos de los mejores entre nosotros tienen solo un cierto período de tareas diarias, como los caballos de malta a su paso, o los caballos a su alrededor, que se mueven mucho, quitan poco, fuera de la costumbre o de la forma. Sí, a los mejores les resulta bastante difícil estar en el deber con respecto al desempeño y fuera del deber con respecto a la dependencia; para hacer toda justicia y, sin embargo, no descansar en nadie más que en la de Cristo.

O tus holocaustos, habiendo estado siempre delante de mí ] Heb. Tus holocaustos han estado siempre delante de mí; de modo que me saciaba de verlos, Isaías 1:11 ; allí Dios se quejó de que todos sus sentidos estaban cansados ​​y su alma afligida por la abundancia de sus ceremonias externas, pero falta de servicio moral.

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