Y los que conocen tu nombre confiarán en ti; porque tú, SEÑOR, no desamparaste a los que te buscaron.

Ver. 10. Y los que conocen tu nombre pondrán su confianza en ti ] No pueden hacer otra cosa que conocer los dulces atributos y los actos nobles de Dios para su pueblo. Nunca confiamos en un hombre hasta que lo conocemos, y los hombres malos son más conocidos que confiables. No así el Señor, porque donde su nombre es derramado como ungüento, allí las vírgenes le aman, le temen, se regocijan en él, reposan sobre él.

Los que te buscan ] Así que lo hacen con seriedad, oportunamente, constantemente.

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