22-33 El apóstol da un informe de sus trabajos y sufrimientos; no por orgullo o vanagloria, sino para el honor de Dios, que le permitió hacer y sufrir tanto por la causa de Cristo; y muestra en qué se superó a los falsos apóstoles, que trataron de disminuir su carácter y utilidad. Nos asombra reflexionar sobre este relato de sus peligros, dificultades y sufrimientos, y observar su paciencia, perseverancia, diligencia, alegría y utilidad, en medio de todas estas pruebas. Vean qué poca razón tenemos para amar la pompa y la abundancia de este mundo, cuando este bendito apóstol sintió tantas dificultades en él. Nuestra mayor diligencia y nuestros servicios parecen indignos de atención cuando se comparan con los suyos, y nuestras dificultades y pruebas apenas pueden percibirse. Esto puede llevarnos a preguntarnos si realmente somos seguidores de Cristo. Aquí podemos estudiar la paciencia, el valor y la firme confianza en Dios. Aquí podemos aprender a pensar menos en nosotros mismos; y siempre debemos mantenernos estrictamente en la verdad, como en la presencia de Dios; y debemos referir todo a su gloria, como el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es bendito por siempre.

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