11-13 En la jubilación y en la meditación, el carácter cristiano se forma y perfecciona. Pero no en el retiro de los ociosos, los indulgentes o los más insignificantes. Cuando el cristiano es liberado del cumplimiento de sus deberes en la vida, el mundo no tiene atracciones para él. Su oración es que todas las cosas que pertenecen al Espíritu puedan vivir y crecer dentro de él y alrededor de él. Tales son los interesantes cuidados y empleos de aquel a quien el mundo erróneamente considera infeliz y perdió con sus verdaderos intereses. Con humildad y humillación, el humilde cristiano se apartaría de la vista de todos; pero el Señor se deleita en honrarlo. Sin embargo, principalmente, la referencia puede ser a los ángeles ministradores que serán enviados por el alma del cristiano. Su acercamiento puede sobresaltarse, pero el alma que se vaya encontrará al Señor su fuerza y ​​su porción para siempre. La iglesia se llama sulamita: la palabra significa perfección y paz; no en sí misma, sino en Cristo, en quien ella está completa, a través de su justicia; y tiene paz, que él hizo por ella a través de su sangre, y le da por su Espíritu.

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