23-25 ​​La esclavitud de los israelitas en Egipto continuó, aunque ya no se continuaba con el asesinato de sus bebés. A veces, el Señor permite que la vara de los malvados permanezca sobre los justos durante mucho tiempo y con gran fuerza. Finalmente, comenzaron a pensar en Dios en medio de sus aflicciones. Es señal de que el Señor se acerca a nosotros con liberación cuando nos inclina y nos capacita para clamar a Él por ella. Dios escuchó sus gemidos; hizo evidente que estaba al tanto de sus quejas. Recordó su pacto, del cual siempre está pendiente. Consideró esto y no ningún mérito de ellos. Miró a los hijos de Israel. Moisés los miró y se compadeció de ellos; pero ahora Dios los miró y los ayudó. Tuvo respeto por ellos. Sus ojos ahora están fijos en Israel, para manifestarse en su favor. Dios es siempre así, un socorro muy presente en el problema. Así que toma valor, tú que, consciente de tu culpa y servidumbre, estás buscando a Él para la liberación. Dios en Cristo Jesús también está mirándote. Un llamado de amor se une con una promesa del Redentor. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar Mateo 11:28.

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