5-17 La oración dictada sobre Jerusalén es muy terrible, la forma de expresión lo hace aún más. ¿Quién puede estar a la vista de Dios cuando está enojado? Aquellos que viven y mueren impenitentes, perecerán para siempre impíos; llegará un día en que el Señor no perdonará. Que las personas o iglesias que cambien los estatutos del Señor no esperen escapar de la ruina de Jerusalén. Procuremos adornar la doctrina de Dios nuestro Salvador en todas las cosas. Tarde o temprano, la palabra de Dios se demostrará verdadera.

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