10-15 Los judíos de Berea se aplicaban seriamente al estudio de la palabra que se les predicaba. No sólo oían a Pablo predicar en sábado, sino que diariamente escudriñaban las Escrituras, y comparaban lo que leían con los hechos que se les relataban. La doctrina de Cristo no teme la indagación; los defensores de su causa no desean más que la gente examine plena y justamente si las cosas son así o no. Son verdaderamente nobles, y es probable que lo sean cada vez más, los que hacen de las Escrituras su regla, y las consultan en consecuencia. Que todos los oyentes del Evangelio sean como los de Berea, recibiendo la palabra con prontitud de mente, y escudriñando las Escrituras diariamente, para ver si las cosas que se les predican son así.

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