1-9 El objetivo y el alcance de la predicación y la argumentación de Pablo era demostrar que Jesús es el Cristo. Es necesario que sufra por nosotros, porque de otro modo no podría comprar nuestra redención; y es necesario que haya resucitado, porque de otro modo no podría aplicarnos la redención. Debemos predicar acerca de Jesús que él es Cristo; por lo tanto, podemos esperar ser salvados por él, y estamos obligados a ser gobernados por él. Los judíos incrédulos se enojaron porque los apóstoles predicaron a los gentiles para que se salvaran. ¡Qué extraño es que los hombres envidien a otros los privilegios que ellos mismos no aceptan! Ni los gobernantes ni los pueblos deben preocuparse por el aumento de los verdaderos cristianos, aunque los espíritus turbulentos hagan de la religión un pretexto para sus malos designios. Cuidémonos de los tales, alejémonos de ellos, para mostrar el deseo de actuar correctamente en la sociedad, mientras reclamamos nuestro derecho a adorar a Dios según nuestra conciencia.

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