9-16 La seguridad de los pecadores en formas pecaminosas es motivo de lamentación y asombro. Los sabios, a través del prejuicio, decían que las profecías divinas eran oscuras; y los pobres urgieron su falta de aprendizaje. La Biblia es un libro sellado para todos los hombres, aprendidos o no aprendidos, hasta que comience a estudiarlo con un corazón simple y un espíritu de enseñanza, para que así pueda aprender la verdad y la voluntad de Dios. Adorar a Dios es acercarse a él. Y si el corazón está lleno de su amor y miedo, de la abundancia de él hablará la boca; pero hay muchos cuya religión es solo el labio labial. Cuando fingen hablarle a Dios, piensan en miles de tonterías. Adoran al Dios de Israel según sus propios dispositivos. Los números son solo formales en la adoración. Y su religión es solo cumplir con las costumbres y servir a sus propios intereses. Pero los vagabundeos mentales y los defectos en la devoción, que son la carga del creyente, son muy diferentes de la retirada del corazón de Dios, tan severamente culpado. Y aquellos que hacen de la religión no más que un pretexto, para servir un turno, se engañan a sí mismos. Y como los que pelean con Dios, los que piensan ocultarse de él, en efecto lo acusan de locura. Pero toda su conducta perversa será eliminada por completo.

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