17-22 El profeta previó que el Señor escondería su rostro; pero buscaría su regreso a favor de ellos nuevamente. Aunque no son signos milagrosos, los nombres de los niños eran memoriales de Dios, adecuados para llamar la atención. Los judíos incrédulos eran propensos a buscar consejo en dificultades, de adivinos de diferentes descripciones, a cuyas ceremonias tontas y pecaminosas se alude. ¿Sabríamos cómo podemos buscar a nuestro Dios y llegar al conocimiento de su mente? A la ley y al testimonio; porque allí verás lo que es bueno y lo que el Señor requiere. Debemos hablar de las cosas de Dios en las palabras que enseña el Espíritu Santo, y ser gobernados por ellas. Para aquellos que buscan espíritus familiares, y no consideran la ley y el testimonio de Dios, habrá horror y miseria. Los que se alejan de Dios, se apartan de todo bien; porque la inquietud es un pecado que es su propio castigo. Se desesperarán y no verán alivio cuando maldigan a Dios. Y sus miedos representarán cada cosa como espantosa. Aquellos que cierran los ojos a la luz de la palabra de Dios, serán justamente dejados en la oscuridad. Todas las miserias que alguna vez se sintieron o presenciaron en la tierra, son como nada, en comparación con lo que abrumará a aquellos que dejan las palabras de Cristo, para seguir las ilusiones.

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