1-5 Acán tomó parte del botín de Jericó. El amor del mundo es esa raíz de amargura, la cual de todas las demás apenas está arraigada. Debemos prestar atención al pecado nosotros mismos, para que muchos no se contaminen o se inquieten, Hebreos 12:15; y ten cuidado de tener comunión con los pecadores, para que no compartamos su culpa. Nos preocupa velarnos unos a otros para evitar el pecado, porque los pecados de otros pueden ser para nuestro daño. La fácil conquista de Jericó despertó el desprecio del enemigo y la disposición de esperar que el Señor haga todo por ellos sin que utilicen los medios adecuados. Así, los hombres abusan de las doctrinas de la gracia divina y las promesas de Dios, como excusas para su propia pereza y autocomplacencia. Debemos desarrollar nuestra propia salvación, aunque es Dios quien obra en nosotros. Fue una gran victoria para los cananeos, mediante la cual Israel fue despertado y reformado, y reconciliado con su Dios, y el pueblo de Canaán se endureció en su propia ruina.

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