1-13Los hermanos o parientes de Jesús se disgustaron cuando vieron que no había ninguna perspectiva de ventajas mundanas por parte de él. Los hombres impíos a veces se comprometen a aconsejar a los que están empleados en la obra de Dios; pero sólo aconsejan lo que parece que puede promover las ventajas presentes. El pueblo discrepaba sobre su doctrina y sus milagros, mientras que los que le favorecían no se atrevían a confesar abiertamente sus sentimientos. Los que consideran a los predicadores del Evangelio como engañadores, hablan abiertamente, mientras que muchos de los que los favorecen, temen ser reprobados al manifestar su respeto por ellos.

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