12-18 Cristo buscó algún fruto, porque el tiempo de recoger higos, aunque estaba cerca, no había llegado todavía; pero no encontró ninguno. Hizo de esta higuera un ejemplo, no para los árboles, sino para los hombres de aquella generación. Era una figura de la condenación de la iglesia judía, a la que vino buscando frutos, pero no los encontró. Cristo fue al templo y comenzó a reformar los abusos en sus atrios, para mostrar que cuando el Redentor vino a Sión, fue para apartar la impiedad de Jacob. Los escribas y los jefes de los sacerdotes buscaban, no cómo hacer las paces con él, sino cómo destruirlo. Un intento desesperado, que no podían sino temer que estuviera luchando contra Dios.

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