1-20 Algunos pecadores abiertamente voluntariosos son como este loco. Los mandatos de la ley son como cadenas y grilletes, para refrenar a los pecadores de sus cursos malvados; pero ellos rompen esas bandas en pedazos; y es una evidencia del poder del diablo en ellos. Una legión de soldados constaba de seis mil hombres, o más. ¡Cuántas multitudes de espíritus caídos debe haber, y todos enemigos de Dios y del hombre, cuando aquí había una legión en una pobre criatura desgraciada! Son muchos los que se levantan contra nosotros. No somos rivales para nuestros enemigos espirituales, con nuestras propias fuerzas; pero en el Señor, y en el poder de su fuerza, podremos enfrentarnos a ellos, aunque sean legiones. Cuando el transgresor más vil es liberado por el poder de Jesús de la esclavitud de Satanás, se sentará con gusto a los pies de su Libertador, y escuchará su palabra, que libera a los miserables esclavos de Satanás, y los cuenta entre sus santos y siervos. Cuando el pueblo descubrió que sus cerdos estaban perdidos, se disgustó con Cristo. La longanimidad y la misericordia pueden verse incluso en las correcciones por las que los hombres pierden sus bienes mientras se les salva la vida, y se les advierte para que busquen la salvación de sus almas. El hombre proclamó con alegría las grandes cosas que Jesús había hecho por él. Todos los hombres se maravillaron, pero pocos le siguieron. Muchos que no pueden dejar de maravillarse ante las obras de Cristo, no se maravillan, como debieran, en pos de él.

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