15-22 La santificación del día del Señor forma un objeto importante para su atención que promovería la verdadera piedad. La religión nunca prospera mientras los sábados son pisoteados. No es de extrañar que haya una decadencia general de la religión y corrupción de los modales entre los judíos, cuando abandonaron el santuario y profanaron el sábado. Esos pequeños consideran el mal que hacen, que profanan el sábado. Debemos responder por los pecados que otros son llevados a cometer por nuestro ejemplo. Nehemías los acusa como algo malo, porque así es, procediendo del desprecio de Dios y de nuestras propias almas. Él muestra que romper el sábado era uno de los pecados por los cuales Dios había traído juicios sobre ellos; y si no tomaban advertencia, sino que volvían a los mismos pecados nuevamente, tenían que esperar más juicios. El coraje, el celo y la prudencia de Nehemías en este asunto están registrados para que nosotros hagamos lo mismo; y tenemos razones para pensar que la cura que él hizo fue duradera. Se sintió y se confesó a sí mismo un pecador, que no podía exigir nada de Dios como justicia, cuando así clamó a él por misericordia.

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