1-6 En la forma de creer en la obediencia a los mandamientos de Dios, comúnmente se puede disfrutar de la salud y la paz; y aunque nuestros días no sean largos en la tierra, viviremos para siempre en el cielo. No te dejes la misericordia y la verdad; La misericordia de Dios al prometer, y su verdad al realizar: vive a la altura de ellos, mantén tu interés en ellos y consuélate. Debemos confiar en el Señor con todo nuestro corazón, creyendo que él es capaz y sabio de hacer lo mejor. Aquellos que se conocen a sí mismos, encuentran su propia comprensión de una caña rota, que, si se apoyan, fracasará. No diseñes nada más que lo que es lícito, y ruega a Dios que te dirija en cada caso, aunque parezca bastante claro. En todas nuestras formas que resultan agradables, en las que ganamos nuestro punto, debemos reconocer a Dios con agradecimiento. En todas nuestras formas que resultan incómodas, y que están cubiertas de espinas, debemos reconocerlo con sumisión. Es prometido, Él dirigirá tus caminos; para que tu camino sea seguro, bueno y feliz al fin.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad