1-6 Dios tiene un conocimiento perfecto de nosotros, y todos nuestros pensamientos y acciones están abiertos ante él. Es más rentable meditar en verdades divinas, aplicarlas a nuestros propios casos, y con los corazones elevados a Dios en oración, que con un estado de ánimo curioso o controvertido. Que Dios sabe todas las cosas, es omnisciente; que él está en todas partes, es omnipresente; son verdades reconocidas por todos, pero la humanidad rara vez las cree correctamente. Dios toma nota estricta de cada paso que damos, cada paso correcto y cada paso. Él sabe por qué regla caminamos, hacia qué fin caminamos, con qué compañía caminamos. Cuando me retire de toda compañía, sabrás lo que tengo en mi corazón. No hay una palabra vana, no es una buena palabra, pero sabes de qué se pensó y con qué diseño se pronunció. Dondequiera que estemos, estamos bajo la mirada y la mano de Dios. No podemos buscar buscando cómo Dios nos busca; ni sabemos cómo se nos conoce. Tales pensamientos deberían restringirnos del pecado.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad