6-11 David oró para que los enemigos de la iglesia y la gente de Dios pudieran ser discapacitados para hacer más travesuras. Podemos, en fe, orar contra los designios de los enemigos de la iglesia. Él predice su ruina. ¿Y quién conoce el poder de la ira de Dios? Las victorias del Justo, en su propia persona y en la de sus siervos, sobre los enemigos de la salvación del hombre, producen una alegría que no surge de la venganza, sino de una visión de la Divina misericordia, justicia y verdad, que se muestra en el la redención de los elegidos, el castigo de los impíos y el cumplimiento de las promesas. Quien considere estas cosas debidamente, buscará diligentemente la recompensa de la justicia y adorará a la Providencia que ordena todo en el cielo y en la tierra.

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