1-5 Dios se queja ante: ¿a dónde deben ir los hijos sino a un Padre capaz y dispuesto a ayudarlos? Vea qué cambio hizo el pecado en la ciudad santa, cuando los paganos sufrieron para derramar sobre ellos. El propio pueblo de Dios lo contaminó por sus pecados, por lo tanto, él sufrió que sus enemigos lo contaminen por su insolencia. Desearon que Dios se reconcilie. Aquellos que desean el favor de Dios como mejor que la vida, no pueden sino temer su ira como peor que la muerte. En cada aflicción debemos primero rogarle al Señor que limpie la culpa de nuestros pecados; entonces nos visitará con sus tiernas misericordias.

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