El sirviente - De los que pertenecían a los cananeos, u otras naciones vecinas, porque si hubiera vivido en países remotos, no es probable que huyera tan lejos para evitar a su amo, o que su amo lo siguiera tan lejos para recuperarlo. Para los cananeos, esta sentencia fue muy justa, porque tanto ellos como los suyos fueron entregados a Dios e Israel, y todo lo que disfrutaron fue por indulgencia especial.

Y para los demás vecinos también puede parecer justo, porque tanto los amos como los servidores de estas y otras naciones están indiscutiblemente a disposición del Señor, su hacedor y soberano. Entiéndalo también de aquellos que, al ser indagados, parecen haber sido injustamente oprimidos por sus amos. Ahora bien, no es extraño que el gran Dios, que odia toda tiranía y se hace llamar refugio de los oprimidos, interponga su autoridad para rescatar a tales personas de sus crueles amos.

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