Simeón y Leví son hermanos - hermanos en disposición, pero a diferencia de su padre: eran apasionados y vengativos, feroces y obstinados; sus espadas, que deberían haber sido sólo armas de defensa, eran (como dice el margen) armas de violencia, para hacer mal a los demás, no para salvarse a sí mismos del mal.

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