No renunciar a reunirnos nosotros mismos - En el culto público o privado. Como sucede con algunos: ya sea por temor a la persecución o por la vana imaginación de que estaban por encima de las ordenanzas externas. Pero exhortándonos unos a otros: a la fe, al amor y a las buenas obras. Y mucho más, cuando vean que se acerca el día, el gran día está siempre en sus ojos.

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