Exorcistas: varios de los judíos de esta época pretendían tener el poder de expulsar demonios, en particular mediante ciertas artes o encantamientos, que se suponía derivaban de Salomón. Se comprometió a nombrar - ¡Empresa vana! Satanás se ríe de todos aquellos que intentan expulsarlo de los cuerpos o de las almas de los hombres, pero por fe divina. Toda la luz de la razón no es nada para el oficio o la fuerza de ese espíritu sutil. Su oficio no puede ser conocido sino por el Espíritu de Dios ni su fuerza puede ser conquistada sino por el poder de la fe.

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