No odiarás, como lo haces, en efecto, si no le reprendes. Tu hermano - Lo mismo que tu prójimo, es decir, todo hombre. Si tu hermano ha hecho algo malo, no lo divulgarás a otros, ni lo odiarás, y sofocarás ese odio con un silencio hosco; ni lo adularás en eso, sino que con generosidad y amor le dirás su falta. Y no sufrirás el pecado sobre él, no permitas que se encuentre bajo la culpa de ningún pecado, del cual tú, reprendiéndolo y llevándolo al arrepentimiento, podrías librarlo.

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