Jesús aumentó en sabiduría - En cuanto a su naturaleza humana, y en el favor de Dios - En proporción a ese aumento. De ello se deduce claramente que aunque un hombre fuera puro, así como Cristo era puro, aún tendría lugar para aumentar en santidad y, en consecuencia, para aumentar en el favor, así como en el amor de Dios.

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