Porque por tus palabras (así como por tu temperamento y obras) serás absuelto o condenado. Tus palabras, así como tus acciones, se presentarán como evidencia a favor o en contra de ti, para probar si eras un verdadero creyente o no. Y de acuerdo con esa evidencia, o serás absuelto o condenado en el gran día.

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