37. Por tus palabras serás justificado Este fue un proverbio común, que aplicó al tema presente; porque no tengo dudas de que este era un dicho que la gente tenía frecuentemente en la boca, que "cada hombre es condenado o absuelto por su propio reconocimiento". Pero Cristo lo convierte en un significado algo diferente, que un discurso perverso, que es la indicación de malicia oculta, es suficiente para condenar a un hombre. El intento que hacen los papistas de torturar este pasaje, para dejar de lado la justicia de la fe, es infantil. Un hombre es justificado por sus palabras, no porque su discurso sea el fundamento de su justificación, (porque obtenemos por la fe el favor de Dios, para que nos considere personas justas), sino porque el discurso puro (142) nos absuelve de tal manera que nuestra lengua no nos condena como personas malvadas. ¿No es absurdo inferir de esto que los hombres merecen una sola gota de justicia a la vista de Dios? Por el contrario, este pasaje sostiene nuestra doctrina; porque, aunque Cristo no trata aquí el fundamento de nuestra justificación, el contraste entre las dos palabras señala el significado de la palabra justificar. Los papistas creen que es absurdo decir que un hombre está justificado por la fe, porque explican que la palabra justificada significa, que se vuelve y es, en realidad, justo; si bien entendemos que significa que se lo considera justo y es absuelto ante el tribunal de Dios, como se evidencia en numerosos pasajes de las Escrituras. ¿Y no es lo mismo confirmado por Cristo cuando hace un contraste entre justificado y condenado?

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