Fragmentos dogmáticos e históricos de Hipólito

El Padre de la inmortalidad envió al mundo al Hijo y Verbo inmortal, que vino al hombre para lavarlo con el agua y el Espíritu; y Él, engendrándonos de nuevo para la incorrupción de alma y cuerpo, insufló en nosotros el aliento (espíritu) de vida, y nos dotó de una panoplia incorruptible. Si, pues, el hombre se ha hecho inmortal, será también Dios[408].

Comentario de Orígenes sobre Mateo Libro X

romper las cosas que están atesoradas en los cielos, y por el corazón que está en los cielos y por eso dice: "Con él nos resucitó, y nos hizo sentar con él en los lugares celestiales con Cristo"[80].

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