Epístola de Ignacio a los Efesios

Pero el Espíritu Santo no habla cosas suyas, sino las de Cristo, y esto no de sí mismo, sino del Señor; como también el Señor nos anunció las cosas que recibió del Padre. Porque, dice Él, "la palabra que oís no es mía, sino del Padre que me envió"[61].

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